
Siempre me han gustado las teorías de la conspiración, aunque seguro que lo mejor que se puede sacar de ellas son pequeñas dosis de humor como la de esta imagen 🙂

Siempre me han gustado las teorías de la conspiración, aunque seguro que lo mejor que se puede sacar de ellas son pequeñas dosis de humor como la de esta imagen 🙂
Si hay algo que me convence de que el iPhone o el iPad son buenas herramientas para mi trabajo, son las aplicaciones que tienen disponibles1. Algo que me defraudó cuando estrené mi primer iPhone es la poca oferta que había, pero con el tiempo esto —como era de esperar— ha dejado de ser un problema. En parte, claro, porque la extraña política que tiene Apple para aceptar aplicaciones en la App Store deja fuera de la vía oficial un buen número de excelentes herramientas tanto para iPhone como para iPad.
Pero bueno, a lo que iba, que es destacar unas cuantas aplicaciones que me resultan de bastante utilidad para una de mis facetas profesionales, la de desarrollador web.
Hay alternativas a todas estas aplicaciones, han ido apareciendo con el tiempo, pero las que he comentado están a la altura de cualquiera de sus competidoras. Compré Popplet casi a la mitad de su precio actual, aunque ya sabemos que los descuentos y rebajas puntuales es algo muy frecuente en la App Store, así que si te gusta alguna de estas aplicaciones, añádela a la lista de deseos para tenerla controlada y ver si un día de estos ofrece algún descuento.
El chiste del chaleco de Eugenio (enlace de Spotify) siempre me ha recordado a esos proyectos en los que el cliente empieza pidiendo algo grande —por lo que no tiene intención de pagar— y va eliminando características hasta que el precio le cuadra y entonces te da el OK… pero siempre que a esa versión básica le añadas todo lo que pedía en la versión inicial. ¿A ti también?
Por cierto, a quien le gustase Eugenio, que cuente con esta lista de Spotify.
Hace unos días leía en el Twitter de @jlori el siguiente mensaje:
Y encuentro dos interpretaciones a esta comparación.
Una es que la información, por diferentes motivos, la puede atender un «periodista ciudadano» inicialmente, pero luego viene un verdadero profesional —el periodista— y se hace cargo de todo (que para eso se supone que tiene formación y en ocasiones hasta dispone de mejores medios).
La segunda es que nadie que practique unos primeros auxilios se convierte en médico, ni nadie que practique «periodismo ciudadano» (sea lo que sea, y teniendo en cuenta que también se podría denominar «periodismo participativo» o «participación ciudadana») se convierte en periodista.
Con la primera podría llegar a estar de acuerdo. Pero la segunda me parece bastante desafortunada. Comparar periodismo con Medicina me recuerda a ese comunicado entre General Motors y Microsoft.
Hace un año y pico compré en la App Store una aplicación para iPhone, Russian <-> Spanish SlovoEd Deluxe dictionary, del vendedor Paragon Technologie GmbH en su versión 2.0 y con el tiempo la fui actualizando hasta la versión 2.23, que es la última que tengo instalada en el iPhone.
Me di cuenta de que la aplicación se había actualizado (en estos momentos hay una versión 2.33 que es compatible con iPad) pero ni el iPhone ni el iPad ni iTunes se percataban de que la aplicación tenía una actualización. Al menos eso pensaba yo. Que se habría escachuflao algo.
Esa versión 2.33 se llama ahora SlovoEd Deluxe Russian <-> Spanish Dictionary. El nombre es muy parecido al que tenía en el momento en el que yo la compré.
Fíjese en el sutil cambio de nombre, todo un alarde de creatividad:
Antes: Russian <-> Spanish SlovoEd Deluxe dictionary
Ahora: SlovoEd Deluxe Russian <-> Spanish Dictionary
Después de múltiples correos con el amable servicio de atención al cliente de iTunes y el impresentable servicio de atención al cliente de Penreader me queda claro que Penreader, una vez actualizó la aplicación con compatibilidad para iPad, la quitó de la App Store para volver a ponerla con un precio bastante superior al que tenía antes. Con esta maniobra consiguen que la aplicación sea la misma, de esto no me cabe la menor duda, pero quien quiera actualizarla tenga que comprarla de nuevo. Seguramente no serán los únicos vendedores que lo hagan.
Me parece bastante rastrero por parte de Penreader, y más después de las excusas tan surrealistas que me iban dando por respuesta a los correos que hemos cruzado. Si quieren sacar más pasta para aprovechar el desarrollo para iPad, que hagan como tantos otros que separan la aplicación para iPhone de la aplicación para iPad. Pero quitar la aplicación para volver a ponerla con un nombre en el que cambias el orden de las palabras, siguen con la numeración de la versión y las características técnicas (entradas del diccionario) son prácticamente las mismas… me parece una estafa en toda regla. Una triste manera de hacer dinero fácil en la App Store.
Eso si, en cuestión de diccionarios sus productos son bastante buenos, algo que queda muy lejos de su servicio de atención al cliente.